En España hay inscritas unas 36 millones de personas. Estas personas
eligen a 54 parlamentarios europeos. Si votaran todas las personas,
groso modo, el precio de cada parlamentario saldría a casi 700.000
votos, si esto fuera una democracia directa, que no lo es. Pero para el
ejemplo de la explicación nos puede servir. Pues bien. Se calcula que
van a ir a votar apenas la mitad de electores, lo cual se traduciría en
que cada parlamentario costaría algo más de 300.000 votos. Barato,
¿eh? Y en términos de calidad democrática no digamos.
Expongámoslo de otra manera. A los partidos grandes les conviene,
precisamente, que usted no vaya a votar. Cuanta menos gente acuda a la
urna más barato les sale el escaño. Usted, eso sí, pensará que ha hecho
un gesto importante despreciando la oportunidad de ir a las urnas. “No
se merecen mi voto”, pensará. Creerá que su heroica decisión hará
temblar los pilares del sistema y que, a partir de ahí comenzarán a
solucionarse –por arte de magia- todos sus problemas. Pues no, mire
usted. Más bien ocurrirá todo lo contrario. Porque a nadie va a
interesar los motivos por los cuales usted se ha abstenido. ¿Quién
interpreta las razones de cada una de las personas que no han votado?
Una portada, un par de editoriales y en una semana el olvido más
disimulado. La mayoría silenciosa, que diría Rajoy. La misma que sufre
en silencio los recortes de derechos y libertades. Eso sí, todo muy
respetable porque todo el mundo tiene derecho a hacer con su no voto lo
que le venga en gana.
Porque verá usted. Los escaños se reparten entre los votos emitidos. Si
se han emitido 18 millones como si se han emitido 10. Los 26 millones
de personas que se hayan abstenido, sencillamente serán despreciados
para la atribución de los escaños. O sea. No cuentan lo más mínimo.
Simplemente habrán actuado como más les conviene a los partidos que sean
respaldados mayoritariamente, es decir, PP y PSOE. O sea, seguramente,
aquellos mismos partidos a los que usted, con su gesto de abstención,
habría pretendido castigar. Pues bien ¿sabe usted por el contrario lo
que habría conseguido con no ir a votar? Premiarles con el abaratamiento
del escaño, que además, tiene un plus con la famosa Ley D’hont que
recompensa a los más votados. O sea, al PSOE y al PP. O sea que al
abstenerse usted habrá votado contra usted.
Su gesto heroico se habrá convertido en un apoyo implícito, de
primer nivel, a quienes le han estado fastidiando la pensión, la
universidad, el trabajo, la sanidad, la vivienda, la calidad
democrática y hasta las libertades. Y no crea que esas cosas no se
deciden allá, en Europa. Al revés. Las decisiones de aquí llegan ya
condicionadas por las decisiones de allí. ¿Percibe usted que las cosas
son lo contrario de lo que parecen?
Convénzase y vaya a votar. No se abstenga. Mire por sus intereses y
vote a Izquierda Unida que es la que defiende las cosas que a usted,
como trabajador, como pensionista, como estudiante, como hija o como
madre más le conviene. Y no regale el don precioso de su voto. Su voto
tiene el poder de la gente. Ni una sola persona desempleada sin votar.
Ni una sola desahuciada. Ni un solo estudiante sin beca se quede en
casa. Desde el sofá nada cambiará. Anímese y vote. Y verá que sí se
pueden remover los pilares del sistema con el poder de su voto. Somos
gente, somos millones y ahora tenemos el poder.
Vamos ciudadanos!!! TODOS A VOTAR!!. No votemos ni PPni PSOE hay que quitarles poder a estos chorizos, que han llevado entre unos y otros al pais a la ruina. Y ellos lo saben, por eso ya estan preparados para hacer coalición, estos dos partidos son los mismos perros con distintos collar, pero al final son lo mismo.
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